Ayer nos informaron del allanamiento de las instalaciones de la Revista Contralínea por parte de representantes del Grupo Zeta, funcionarios públicos, varios actuarios, cuatro guardaespaldas civiles, y al menos 25 policías. Solo faltaban los payasos y los elefantes.
Según el artículo de Contralínea, estas personas, "sin identificarse plenamente ni mostrar a cabalidad la supuesta orden de diligencia que traían, amenazaron al personal de Contralínea con acceder a los expedientes fiscales, financieros y periodísticos."
Este incidente es serio, y a primera vista, no tiene nada que ver con el fraude académico en México, pero algo en particular nos llamo la atención:
El propósito de está comisión especial es demasiado importante para que se tolere corrupción de parte de sus integrantes y el fraude académico sin duda es una forma de corrupción. La presencia del diputado Ramírez Barba empaña a la reputación de la comisión entera y pone en duda su capacidad para cumplir con sus deberes.
Lxs periodistas y medios de comunicación, cuando cumplen con su obligación como prensa libre, son críticos para asegurar la difusión de incidentes de abusos de poder. Igualmente, es el deber de las autoridades asegurar que la prensa pueda aprovechar de sus derechos sin temor de agresión. Ya han amenazado a medios de comunicación por denunciar el fraude académico. ¿Qué haría esta comisión especial si no fueran solo amenazas?
Según el artículo de Contralínea, estas personas, "sin identificarse plenamente ni mostrar a cabalidad la supuesta orden de diligencia que traían, amenazaron al personal de Contralínea con acceder a los expedientes fiscales, financieros y periodísticos."
Este incidente es serio, y a primera vista, no tiene nada que ver con el fraude académico en México, pero algo en particular nos llamo la atención:
«Al tiempo [del allanamiento], Miguel Badillo y Ana Lilia Pérez, director y reportera de la revista, participaban en una reunión con la Comisión Especial para el Seguimiento a las Agresiones contra Periodistas y Medios de Comunicación, de la Cámara de Diputados, donde se abordaba el tema de la “libertad de expresión en México”.Como lo hemos mencionado anteriormente, nuestro candidato, el diputado Ector Jaime Ramírez Barba, es integrante de está misma Comisión Especial para el Seguimiento a las Agresiones contra Periodistas y Medios de Comunicación.
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Tras enterarse de los hechos, Badillo denunció el allanamiento ante legisladores de los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática.» (Nuestro énfasis )
El propósito de está comisión especial es demasiado importante para que se tolere corrupción de parte de sus integrantes y el fraude académico sin duda es una forma de corrupción. La presencia del diputado Ramírez Barba empaña a la reputación de la comisión entera y pone en duda su capacidad para cumplir con sus deberes.
Lxs periodistas y medios de comunicación, cuando cumplen con su obligación como prensa libre, son críticos para asegurar la difusión de incidentes de abusos de poder. Igualmente, es el deber de las autoridades asegurar que la prensa pueda aprovechar de sus derechos sin temor de agresión. Ya han amenazado a medios de comunicación por denunciar el fraude académico. ¿Qué haría esta comisión especial si no fueran solo amenazas?
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